La democracia se acaba sin familias. Lo dijo el flamante arzobispo de Valencia y sus palabras van a misa. Hay que casarse, lector, buscar una esposa que aguante un matrimonio cristiano, y tener hijos, muchos hijos, cuantos más mejor. La democracia no puede acabarse. No podemos permitir tal cataclismo. Yo quiero que mis hijos vivan en democracia y el mismo deseo expreso para los tuyos, lector.
¿Estás soltero? ¡Por Dios! ¡Cásate! ¿No ves que contribuyes con tu soltería al fin de la democracia? Acabarás tus días abandonado en una residencia de ancianos regentada por monjas que se ganan el cielo cuidando a los pobres de la Tierra. Serás muy infeliz, amigo mío. ¿Tú sin un nieto? ¿A quién le vas a contar las batallitas de tu juventud gloriosa?
Espero que el Partido Popular nos obligue a casarnos a todos y que deroge el divorcio. La democracia lo merece. Hay que defenderla con leyes a favor de la familia. Nada de abortos, ni divorcios y mucho menos eso de casar a la gente con el mismo sexo. Nuestro Mariano no permitirá que se acabe el régimen democrático instaurado por la Constitución de 1978. Se dejará fotografiar por el ¡Hola! rodeado por sus hijos y besado por su esposa, para que veamos que la felicidad es la familia que nos proporciona la democracia y aleja el peligro de una dictadura como la de Fidel Castro.
Amigo mío, hoy te lo pido más que nunca: vota al PP para que nuestros matrimonios sean eternos. Vota a los populares, por favor. ¿No oíste decir en la manifestación de cristianos que ZP iba a acabar con la democracia?
Saludos cordiales
Yo voto al PP