Lector:
Dicen las encuestas que los de mi Mariano van a revalidar su mayoría absolutísima en Galicia. No esperaba menos de los gallegos. Allí la gente se considera capitalista porque todos tienen o han tenido unos abuelos labradores, con leiriñas y trabajo de sol a sol en los campos.
Los gallegos no son como los andaluces. Son gentes descendientes de los capitalistas de cabeza, de esos aldeanos que se creen la crema de la verbena aunque cobren las pensiones más bajas de todo el Estado. Ellos son ricos a su manera; a la manera de los tontos que consideran riqueza las esperanzas de prosperidad.
Por eso seguirán votando a nuestro PP. Se resignarán a que Rajoy y los suyos no les suban las pensiones miserables que tienen o a que se las bajen una vez aplicado el chanchullo del IPC a impuestos constantes. Se resignarán a pagar sus medicamentos dejando tras esos pagos sus pensiones todavía más recortadas.
Yo admiro a los gallegos, amigo mío. Uno, que es un cabrón listo, siempre ha admirado a los tontos que votan a los capitalistas del PP. Creo que están ganado la felicidad en el otro mundo que ha inventado el Vaticano, la misma felicidad que tienen en este mundo: ser los contentos palmeros de los ladrones que les roban sus derechos.
Dicen las encuestas que los de mi Mariano van a revalidar su mayoría absolutísima en Galicia. No esperaba menos de los gallegos. Allí la gente se considera capitalista porque todos tienen o han tenido unos abuelos labradores, con leiriñas y trabajo de sol a sol en los campos.
Los gallegos no son como los andaluces. Son gentes descendientes de los capitalistas de cabeza, de esos aldeanos que se creen la crema de la verbena aunque cobren las pensiones más bajas de todo el Estado. Ellos son ricos a su manera; a la manera de los tontos que consideran riqueza las esperanzas de prosperidad.
Por eso seguirán votando a nuestro PP. Se resignarán a que Rajoy y los suyos no les suban las pensiones miserables que tienen o a que se las bajen una vez aplicado el chanchullo del IPC a impuestos constantes. Se resignarán a pagar sus medicamentos dejando tras esos pagos sus pensiones todavía más recortadas.
Yo admiro a los gallegos, amigo mío. Uno, que es un cabrón listo, siempre ha admirado a los tontos que votan a los capitalistas del PP. Creo que están ganado la felicidad en el otro mundo que ha inventado el Vaticano, la misma felicidad que tienen en este mundo: ser los contentos palmeros de los ladrones que les roban sus derechos.
Saludos cordiales
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