Lovely Pepa sigue triunfando por París. No me extraña que se le subiera la fama a la cabeza hasta el punto de coronarse con un sombrero cordobés. Debe sentirse muy española en la capital francesa.
No creo que pretenda hacerse emigrante. Ella, tan afortunada, no necesita buscar sustento lejos de nuestras fronteras. Tiene dinero de sobra para comprar ropa y para vivir como una reina gracias a los buenos enchufes que la catapultan a una vida principesca que sólo los ricos se pueden permitir.
La crisis no la afecta. Ahí la tienes en París: feliz y dichosa. La crisis económica es nuestra. La felicidad económica es suya.
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