No nos importa que el Rey marche de caza en plena crisis. Debe ejercer de Rey, comportarse como un Rey de toda la vida aunque el personal se escandalice. Va siendo hora de que se enteren de que tenemos un monarca a la altura de Luis XIV, un rey del que se enamoraría hasta María Antonieta.
Es una pena que la Reina no lo ame. Está mal ir a ver al marido y salir habiendo vi a sus médicos. Por muy infiel que sea el esposo, una buena esposa debe amarlo. Así lo dicen los curas.
Me defraudó doña Sofía. Yo la tenía por más profesional. Debe ser que con la edad olvidó lo que es sacrificarse por un esposo Rey y por un país al que Argentina le roba las empresas más prósperas.
Quien no me defraudó fue mi Mariano. Nuestro Presidente deja que Su Majestad se vaya de elefantes y de elefantas. Respeta su intimidad.
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