Yo tampoco lo entiendo. Soy tan derechón como el locutor de esRadio. Imaginarme tomando un café con Fidel Castro se me atraganta antes de que el pocillo llegue a mis labios. Ni siquiera hubiera sido capaz de compartirlo con el difunto Gabo. Me dio mucho miedo cuando leí Cien años de soledad. Un hombre que escribe tanto realismo mágico debe tener algo de brujo y la brujería nunca fue conmigo.
Me alegro de vivir en esta España del PP que está saliendo de la crisis. Jiménez Losantos y este humilde servidor podemos decir libremente que Gabo no nos gustó nunca. No creo que lo pudiéramos hacer en una España roja.
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