El Presidente de la Xunta no se perdió la fiesta de cumpleaños de Marta Ortega. Del brazo de su novia una empleada bien pagada de Zara, fue a hacerle la reverencia a don Amancio. Lo mismo hacían quienes le debían favores al Padrino. Don Corleone no le negaba nada a nadie el día de la boda de su hija.
Fue un éxito. Un cumpleaños sin yerno, con políticos, con los ricos de Madrid y con la prensa. Marta estaba radiante. Es la Paris Hilton gallega: fea, rica y millonaria, además de divorciada.
No hay noticia de que asistieran a la tarta compartida otros amigos de Núñez Feijoo. Los invitados todavía no tienen ninguna imputación ni por narcotráfico ni por otros delitos. Su único pecado es ser millonarios. El pecado del Presidente de la Xunta es arrimarse a los capitalistas, pero no nos sorprende. Núñez Feijoo siempre fue de derechas.
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