Laura es la abadesa
del convento de clarisas
que vive muy a lo grande
y no obedece al Altísimo.
Se cree Laura tan grande
como una señora rica
en sus sábanas de seda
suaves como la risa.
No le faltan varios coches,
empleados y revistas.
Tiene ordenadores caros,
come chocolates ricos.
Sus negocios son variados,
pero no dan beneficios.
Las trufas le salen caras
con tanta materia prima.
Los perros Golden ilegales
tampoco eran un chollo
para la tesorería.
Laura como empresaria
es un desastre y sigue
siendo la más desastrosa
emprendedora que hubo
en el convento grandísimo.
Pero Laura aún aspira
al triunfo en su vida.
Ahora dicen que quiere
ser una mujer Mamisa.
Le planta cara a Roma
y dice que dice misa.
Ella se va de la Iglesia
para no besar anillos.
Mejor que besen su mano
las monjas que aún la sienten
madre abadesa de ellas,
las humildes por los votos
que juraron siendo niñas.
Hablando de sus tesoros
indicaré los más justos:
los móviles con baterías
que duran, duran y duran.
En concreto, la abadesa,
tiene en sus manos rosas
esta joya de teléfono,
irrompible y que dura
sin cargar 50 noches:
Entra en el link, amig@,
y pide también el móvil
que se vende a buen precio
antes de un mes de agosto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario