Por favor, pido y ruego,
que liberen al tal Hasél
para poder escuchar
sus canciones rapeadas.
España entera merece
deleitarse con palabras
sacadas del diccionario
por feas y malsonantes.
Sabremos qué es cultura
al escuchar tanto arte
salido de su garganta.
Su voz de joven rapero
apaciguará a las fieras
que asaltan sucursales
de los bancos rescatados
con el dinero de todos
cuando les ha hecho falta.
Pablo Hasél bien merece
al menos el tercer grado.
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