En lo demás no hay queja. El seguro se encargó de todos los gastos del entierro. pagaban todo: ataúd, coronas, velatorio, coche fúnebre, misas, señores que llevaban la caja a hombros, botellas de agua para las sobrinas lloronas y caramelos para los que querían meter un dulce en la boca en tan penosos momentos. Hasta permitiros que la sobrina lista eligiera la funeraria.
Lo que me desagradó fue la abogada colaboradora. Está bien que les den a la familia unos cuantos certificados de defunción, pero que queden ahí. Lo de ir a mirar las últimas voluntades del difunto me parece pasarse de listos. Peor me parece sentar a la familia en una mesa con la abogada y que ésta le dé ideas a la mitad de la familia contra la otra mitad.
Gracias al mal hacer de la abogada colaboradora con una oficina de seguros Ocaso de Galicia tuve que correr a un notario a pagar de mi bolsillo una escritura de renuncia a la herencia de mi tío. Por eso le doy un cero a Seguros Ocaso. Eso no se hace. La abogada para la familia del difunto sobraba porque la familia se las arregla muy bien para pelearse entre sus miembros. No necesita ideas. Los de Seguros Ocaso harían muy bien en quitar a sus picapleitos de los servicios que prestan en caso de fallecimiento. Picapleitos no, por favor, señores de Ocaso.
Me quedé tan horrorizada con la abogada que colaboradora que no les contraría un seguro a estos de Ocaso ni que me pagaran por ello. Fue una pena porque las prestaciones propias del entierro fueron buenas. Lo pagaron todo. Hasta la dichosa abogada que me fastidió a más no poder.
Yo ese tipo de productos quiero verlos, tocarlos, saber el que me traen a casa. La semana pasada mi hija mayor se encaprichó con una tablet que sólo vendían en Carrefour. Accedí a comprarla porque era barata. Fue como tirar con el dinero. Llegamos a casa y la tableta funcionaba como si tuviera vida propia. Reconocía las wi fis de los vecinos. La nuestra no existía para la dichosa tableta. Ni que decir que acabé devolviéndola. No iba a tirar con 54 euros. El dinero no me lo regalan.
Lo que tienen de bueno en esta gran superficie es que aceptan las devoluciones sin peros y con buenas caras. Me hicieron un papel en la entrada, fui a la sección de tablets y ordenadores y me dieron mi dinero sin hacerme preguntas. Sólo miraron que la tablet estaba bien, pero sin mirar mucho. Miraron que encendía y punto.
Como os decía, Carrefour no es una gran superficie que me encante. Últimamente estoy dejando de comprar en grandes superficies. Antes compraba mucho más. Debe ser que me estoy haciendo mayor y me gusta que me mimen los vendedores. Donde me tratan como a una persona importante vuelvo. No me gusta comprar sin asesoramiento, sobre todo tablets, ordenadores, electrodomésticos y muebles. Son productos que tienen unos precios elevados. por eso es muy importante para mí el asesoramiento.
Carrefour es como un gran almacén donde la gente compra por comprar. No me extraña que haya muchos tenderos y tenderas que van al Carrefour a comprar mercancía sin factura. Es perfecto para eso: llenas varios carros y te llevas productos a precios más baratos de lo que te los dan los almacenes al por mayor. Mi tía lo hace. Para compras de electrodomésticos y ordenadores no os recomiendo esta gran superficie.