jueves, 24 de diciembre de 2020

Un Rey que no nombra a su padre

No regresó don Juan Carlos a España por Navidad ni se le espera. Es lo que podemos decir después de escuchar y ver el discurso de su hijo. El actual Rey de España pone la honestidad por encima de los familiares. Se nota enfadado con un padre sobrado de amantes y lleno de comisiones poco o nada declaradas a Hacienda. Por si no quedara claro, despide su tradicional discurso navideño recordándonos que la Familia Real son él, su Reina y sus hijas. El anciano que está en un hotel de lujo de Dubai ha caído en desgracia en la Zarzuela del hijo.

Tenemos un Rey digno de un puesto en la adjudicatura. Lo oyes y te viene a la cabeza un juez dictando sentencia. Felipe VI es un rey funcionario del Estado, rígido en las formas y estricto en el cumplimiento de la ley. Está lejos de aquel rey campechano que fue su padre. Pero el tiempo nos ha hecho ver que la campechanería puede esconder un comportamiento fiscal cuestionable por la Fiscalía General del Estado.

Don Felipe ha hecho el discurso que esperaban muchos. Nombró sin nombrar a su padre, se acordó de las víctimas de la pandemia, animó con palabras de funcionario a los españoles y españolas, nos alabó como poseedores de nervio y fuerza en la lucha contra el covid-19 y en las ganas de sacar al país adelante. ¡Dios salve al Rey! ¡Dios salve a la Reina de Inglaterra también!

Doña Jimena
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