Lector:
Te imagino en tu mansión del campo vendiendo tus chorradas en eBay mientras algún esclavo cultiva tu huerta. Eres listo, tío. Te haces una pasta en negro y pagas una miseria en negro. Gracias a tus chanchullos, tu santa esposa tiene judías de huerta gratis para hacerte ese estofado que huele a cinco kilómetros a la redonda.
Como el trabajo te sobra y tú siempre fuiste muy señorito, le pides a tu esclavo que se suba a una escalera metálica con un peldaño roto. El esclavo se sube. Tú sigues en tu salón navegando por eBay. Que se entienda el esclavo con la lona de tu invernadero cutre. Sigues en eBay contestando el e-mail de un comprador de California que quiere comprarte un mueble que nunca fue antiguo, pero que le vendes como silla de Luis XVI.
El esclavo cae de la escalera del peldaño roto. Dejas tu venta pendiente para más tarde. Ahora llevarás al esclavo a Urgencias y le dirás muy clarito que no le diga a nadie que estaba trabajando por diez cochinos euros todo el día en tu huerto de chico urbano metido a cabrón de aldea.
Saludos cordiales
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