No hay duda que estamos en la España del PP. Lo pensé el otro día cuando me subí en un taxi de la parada de la Estación de Autobuses de La Coruña y el buen señor fue fumando toda la carrera. Estuve tentado a taparme la nariz con un pañuelo de papel porque aquel olor a Ducados me mareaba. También estuve tentado a llamar a los de FACUA para que le pidieran una multa. No lo hice porque no soy un chivato.
El buen hombre fumaba y conducía. Se metía en los atascos mañaneros y apuraba el pitillo. El taxi era una chimenea y yo, un pobre no fumador, su respiradero. Estuve a punto de decirle que estaba infringiendo la ley anti tabaco de Zapatero. No lo hice porque el taxista me pareció un borde. Era capaz de armarme un escándalo en el centro de La Coruña.
Escribo a aquí mi queja. Si estás en La Coruña y llamas un taxi, pide un taxista no fumador. Podría tocarte el maleducado de la parada de taxis de la estación de autobuses u otro maleducado que en vez de pensar que el cliente tiene siempre la razón piensa que el cliente es su esclavo.