¿Hasta dónde llega la libertad de un diputado de base en el PP? se pregunta Cayetana Álvarez de Toledo, dispuesta a averiguarlo en su propia persona. Lo cierto es que Cayetana no es una diputada cualquiera: es el verso suelto de la derecha española, la chica bien casada en Cataluña y mejor divorciada que casada. Cayetana es una mujer dura, una señora que no se siente víctima sino igual a los varones. Ahora va a demostrar en el Congreso de los Diputados lo que es la igualdad en la base del Partido Popular. Va a aplaudir cuando le dé la gana y va a cruzarse de brazos cuando quiera. Todos la mirarán y, quizá, alguno siga su ejemplo de verso sin rima con el resto del poema.
Pablo Casado la querría fuera. Seguro que estaba dispuesto a buscarle un buen curro. Pero Cayetana se queda ejerciendo su libertad libre, es decir, haciéndose notar en el grupo popular que aplaude cuando manda el jefe aplaudir y vota lo que manda el jefe votar.
Seguro que vemos a Cayetana votando lo que le dé la gana. Hará bien. Estará ejerciendo su libertad de diputada base por Barcelona en las listas del PP. Estará siendo un ejemplo para los diputados del montón de su partido y de otros partidos. Esta chica con acento porteño vale mucho. El PP tiene un verso suelto valioso. El señor Pablo Casado debería estar orgulloso. La chica respondona todavía es del PP.
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