Pronto empiezan los escándalos de las vacunas. Hay políticos en este país que no saben esperar la vez para poner el brazo para el pinchacito. Corren a vacunarse manifestando su egoísmo. Yo primero dijo la alcaldesa de Torrecampo. Corrió rauda y veloz a una residencia de ancianos y pidió vacuna. La vacuna sobraba según contó ella misma en el twitter. Habían mandado vacunas para los ancianos y ancianas y ella se coló antes de que le llegara el turno.
Doña Francisca Alamillo milita en el PSOE. Esto no quiere decir que en otras formaciones políticas no haya políticos aprovechados. Francisca no es la única que corre a por una vacuna para su persona como si la vida se le fuera al día siguiente. Se siente tan importante que salva su vida del coronavirus antes de que se salve la vida de los ancianos y ancianas, muchos de los cuales, seguramente, votantes suyos.
Me pregunto si la señora Francisca y los otros alcaldes ladrones de vacunas van a presentar sus dimisiones. Me pregunto también si las formaciones políticas que los respaldan van a exigir sus dimisiones. Robar vacunas es peor que robar dinero. La señora Alamillo le ha quitado la vacuna a un anciano o anciana, o a un trabajador o trabajadora de una residencia de la tercera edad. Su "yo primero" cuando nada la incluye en una población de riesgo pone en peligro la vida de una persona que sí está en riesgo.
Doña Jimena
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