La Riviera Maya me encanta para mis vacaciones románticas que no siempre son románticas cien por cien. Tanto mi chico como servidora sumamos a nuestros viajes de placer nuestros motivos de trabajo.
Los días que pasamos en el Hotel Grand Bahía Príncipe Cobá en la Riviera Maya nos sirvieron para volver a la Playa del Carmen, practicamos submarinismo y mi chico se atrevió con el snorkel para dejarme impresionada de sus progresos en los deportes acuáticos. También tuvimos tiempo para ir a visitar los restos arqueológicos de Chichén-Itzá, Tulum y Cobá.
De no haber estado en la Riviera Maya no habría salido del hotel. Su centro de spa y bienestar me quitó el estrés de encima. Falta me hacía porque llevaba mucho trabajo en mis espaldas. Incluso llevé trabajo para el hotel. Menos mal que la conexión wi fi era gratis.
La habitación me encantó. Era grande como un piso. Por un lado teníamos la zona de dormitorio con una decoración muy señorial. Parecía que estabas en un hotel del centro de París. Aquello, como decía mi chico, no parecía México. La otra zona de la habitación era un salón más grande que el de mi casa. En el salón estaba el balcón amueblado como la terraza de la casa de mi madre. Estuvimos tan bien que no tenía ganas de regresar a España. Si no fuera que tengo dos hijas, me quedaba en la Riviera Maya. En el cuarto de baño había una bañera de hidromasaje. En el Hotel Grand Bahía Príncipe Cobá en la Riviera Maya saben como mimar a los clientes. No me extraña que estuviera hasta los topes.
Os lo recomiendo. Es un hotel donde hay muchas familias con niños. Yo lamenté no haber llevado a mis hijas. Lo hubieran pasado bien. En el Hotel Grand Bahía Príncipe Cobá en la Riviera Maya hay animación para niños y para adultos. Nadie se aburre en este hotel de estancias amplias y luminosas. Pero lo mejor no es el hotel sino el personal. Trabajan de manera muy profesional. Tienen el hotel limpio como una patena.
Los días que pasamos en el Hotel Grand Bahía Príncipe Cobá en la Riviera Maya nos sirvieron para volver a la Playa del Carmen, practicamos submarinismo y mi chico se atrevió con el snorkel para dejarme impresionada de sus progresos en los deportes acuáticos. También tuvimos tiempo para ir a visitar los restos arqueológicos de Chichén-Itzá, Tulum y Cobá.
De no haber estado en la Riviera Maya no habría salido del hotel. Su centro de spa y bienestar me quitó el estrés de encima. Falta me hacía porque llevaba mucho trabajo en mis espaldas. Incluso llevé trabajo para el hotel. Menos mal que la conexión wi fi era gratis.
La habitación me encantó. Era grande como un piso. Por un lado teníamos la zona de dormitorio con una decoración muy señorial. Parecía que estabas en un hotel del centro de París. Aquello, como decía mi chico, no parecía México. La otra zona de la habitación era un salón más grande que el de mi casa. En el salón estaba el balcón amueblado como la terraza de la casa de mi madre. Estuvimos tan bien que no tenía ganas de regresar a España. Si no fuera que tengo dos hijas, me quedaba en la Riviera Maya. En el cuarto de baño había una bañera de hidromasaje. En el Hotel Grand Bahía Príncipe Cobá en la Riviera Maya saben como mimar a los clientes. No me extraña que estuviera hasta los topes.
Os lo recomiendo. Es un hotel donde hay muchas familias con niños. Yo lamenté no haber llevado a mis hijas. Lo hubieran pasado bien. En el Hotel Grand Bahía Príncipe Cobá en la Riviera Maya hay animación para niños y para adultos. Nadie se aburre en este hotel de estancias amplias y luminosas. Pero lo mejor no es el hotel sino el personal. Trabajan de manera muy profesional. Tienen el hotel limpio como una patena.
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